Wagner Vargas, un artista camaleón

La pasión de Wagner Vargas es la música y a través de ésta logra impregnar sus vivencias. El amor paternal, maternal o el mismo amor de pareja, fluyen en su voz y en sus composiciones. Su último disco Diario de duendes y hadas es una muestra de ello, y en el cual se puede escuchar los temas Sueño y Tengo, esta última canción, “es un inventario de las cosas que te presta la vida”, afirma el artista.

La música de Wagner Vargas es como su propio diario en el que se descubre a un artista trovador, quien lejos de encasillarse como tal, prefiere ofrecer una diversidad rítmica. Es común encontrar en su música ritmos latinos, rock, flamenco, bosanova, pop; así como sonidos de percusión africana.

Su disco Diario de duendes y hadas es una recopilación de canciones acumuladas y que no tuvo la oportunidad de grabar en Quiero mi libertad, su primera producción musical y finalista a los premios Acam 2006.

CAMALEÓN

Wagner se define como un camaleón, pues sus raíces tienen un poco de todo “Tengo un poco de todo: de gallopinto, paella y tamales”. Vargas no esconde su origen de campesino, ni sus lazos con España, pues “son mis raíces, mis punto de partida”, afirma el artista.

“Quiero llegar a compartirles mi música, no quiero llegar a recetar nada en específico, sino a interactuar con el público, explicó en una entrevista con El Centroamericano. Para el artista, las madres son “como seres divinos y milagrosos, capaces de multiplicar todo. Son un regalo de Dios”, sintetiza.

Wagner Vargas es exintegrante del Coro Sinfónico Nacional de Costa Rica. Ha llevado su música a numerosas presentaciones en teatros, cafés, y salas de concierto en Costa Rica y España.

Recientemente el artista formó el grupo NOMADAS con el guitarrista Carlos Delgado, el percusionista y batería Gary Fernández y el bajista Andrés Jiménez.
Elvis Martínez A./ EC.